-¿le diste las pastillas a la abuela? -preguntó.
-sí.
no.
no se las di. cuando mi madre se fue del dormitorio tomé las pastillas correspondientes a esa hora y las tiré en el inodoro. entonces comenzó mi juego. a veces le daba las pastillas. a veces no. a veces se las cambiaba y le daba las de la noche a la media mañana. a veces sólo le daba las pastillas rojas. a veces le daba demasiadas pastillas rojas. a veces le daba otras pastillas que encontraba en el botiquín... y un día el dormitorio volvió a ser mío.
1 comentario:
Bizarro!
Me hizo acordar a cómo escribe Sábato, no me preguntes por qé. Creo qe son las expresiones, las palabras... Algo de eso hay.
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