»-oiga, señor, quiero preguntarle algo. ¿usted es negro?
»-en efecto -le respondí
»-commen ça va? -dice él en ese francés del valle saint john que parece casi el que hablan los mestizos del mississippi. y sonríe tanto que se le ven los cuatro dientes-. ¡me lo imaginaba! ¡es que vi uno en un libro! también tenía esos... esos...
»y como no sabe expresar lo que está pensando, me da una palmada en la boca.
»-los labios gordos -dije.
»-¡sí, eso! -y rió como un chico-. ¡labios gogdos! ¡épais lévres! ¡labios gordos! ¡te invito una cerveza!
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